Hoy quiero proponerte un pequeño y rápido experimento mental: El círculo de los Gritos. Suena espeluznante, ¿verdad? Pues tienes motivos para asustarte, porque lo es.
Vamos allá.
Ha sido un mal día. Uno de esos en los que estás expuesto a la negatividad como a la radiación en Fukushima y poco a poco, notas cómo un cabreo silencioso y sin objeto definido se te va instalando en algún lugar del cuerpo, cerca de la boca del estómago. No te pasa nada en concreto, o sí, pero en cualquier caso hay algo que tira de ti y te tensa como una goma: o la sueltas o se rompe.
Entonces aparece un ser humano en tu punto de mira. Hace algo que, en condiciones normales, no tendría mayores consecuencias, pero bajo el estado de presión en el que te encuentras desata a la bestia y oyes crujir las costuras de tu camisa mientras te conviertes en La Masa.
Entonces le gritas: te cebas y lanzas la maldita bola, que sale como disparada del estómago por una catapulta, directamente hacia la boca.
Así empieza el círculo (o cadena) de los gritos, magníficamente representado por Tony Ventura en la ilustración que encabeza el post.
Es un como un boomerang que describe un recorrido amplio, seccionando cabezas por donde pasa para acabar el recorrido cortando la del lanzador. Es un efecto dominó en forma de círculo donde la última ficha acaba cayendo inexorablemente sobre la primera.
En un ejemplo muy simple a pequeña escala:
Tú le gritas a tu madre (ya te vale), porque aunque la quieres todo y más, ya son muchos años de riñas y parece que la cosa sale más natural.
Tu madre lo paga con tu padre, que el pobre hombre pasaba por ahí y se come todo el marrón con patatas.
Tu padre recibe el pelotazo y lo lanza hacia tu hermana.
Tu hermana te pilla por banda y todo el mal rollo vuelve a ti pero multiplicado.
Ahora imagínatelo a gran escala, implicando no sólo a miembros de tu familia, sino que salta a la calle, a los lugares de trabajo, se filtra por internet… Crece exponencialmente, como las ondas cuando tiras una piedra en aguas tranquilas, hasta salir totalmente de tu campo de visión.
Y si no lo paras a tiempo, puede seguir hasta el infinito. De hecho, ni siquiera hace falta elevar el tono de voz: sólo resultar hiriente. A veces todo pasa tan rápido que no estarás muy segur@ de si has empezado tú o simplemente te ha pillado en medio.
En pleno círculo de los gritos me encontraba yo hace un par de días y, créeme, al final da igual quién lo empieza: el resultado es el mismo. Te sientes mal y haces sentir mal a otros.
Lo importante es quién lo acaba.
Ahora mismo hay un montón de cadenas de gritos iniciadas a tu alrededor y, antes o después, te cruzarás en el recorrido de alguna.
¿Qué vas a hacer cuando llegue a ti?
Debo reconocer que este post me ha gustado bastante. No suelo escribir en blogs y he llegado a este de casualidad a través del facebook de una persona que te sigue. Creo que soy una persona tolerante, aunque le doy muchas vueltas a las cosas y buscar la verdad e intentar llevar razón me hace alterarme muchas veces (aunque siempre lucho contra eso). Me has hecho tener un nuevo punto de vista sobre la negatividad, en general, en las personas que te rodean, buscar esas cadenas, no seguir con ellas y cortarlas podría resultar edificante y, por qué no, un grano de arena, para un mundillo algo más feliz. Buen trabajo.
¡Hola, Uno!
Qué exitazo y qué honor que te hayas animado a comentar aunque no suelas hacerlo con mucha frecuencia. Eso es un gran halago para mí, muchas gracias 😀 Por lo que cuentas creo que tenemos bastantes cosas en común: la tolerancia, dar vueltas a las cosas, que nos guste llevar la razón (aunque eso nos debe gustar a tod@s, jajaja), la búsqueda de la verdad (sea lo que sea eso)…
Me encanta haberte ayudado a ponerte en una nueva perspectiva y espero que te sea útil. Es difícil entrenarse para ser un eslabón roto en estas cadenas, pero merece la pena cuando al fin lo consigues (a mí no siempre me sale, no te creas).
Ahora estoy dedicando un rato a contestar comentarios y aunque el siguiente es el que me dejaste en el post sobre El Camino de Santiago voy a dejarlo para el final, porque me parece muy muy interesante y quiero dedicarle tiempo.
Una vez más, mil gracias por comentar e invertir tu tiempo por aquí. Siempre es el mejor regalo que puedes hacerle a alguien 😉
¡Un abrazo!
Pues ya ves Anina… Eso mismo me pregunto yo!!!!
Debe ser que el frío hace que te cueste salir de la cama, quedarte inmobil, y ponerte a meditar ( que siiiiiiiii,maque puedo programar el calefactor un rato antes, lo se… Prometo que la semana que viene lo,hago de lunes a domingo como prueba de fuerte determinación y ya te cuento como me ha ido)
Cuando meditaba me levantaba a las 6 de la mañana para hacerlo, y a veces me costaba mucho, pensando en la cantidad de cosas que tenía que hacer y podría hacer en esa HORA ( segundo “problema” quizás me exigí demasiado al pretender hacerlo una hora diaria cuando no hay que ser tan radical y hacerlo media o 15 minutos si una hora te agobia… Pero SER CONSTANTE
En fin, que se juntaron una serie de factores como el sueño, la desgana y la inconstancia, pues siempre cuesta menos continuar con una práctica, aunque reduzcas ritmo, que volver a ella después de dejarla del todo.
Te ánimo también a ti a que medites si no,lo haces ya, que no me extrañaría.
;))
Un beso
Para que nos vamos a engañar…
Depende del momento que me pille!
En la época en la que meditaba, era imperturbable a los gritos y las malas formas de los demás. Más bien los miraba con compasión pensando en lo que tenían que estar sufriendo para estar así…
Nada como el AMOR, la compasión, y La Paz interior para tener dominio de tus emociones y que no te afecten las de los demás, lo ves y lo sientes todo desde otro prisma…
Coño!!!!
¡ que ganas me han entrado de volver a meditar!
¿Porqué seré tan inconstante para esto Dios mío?
;))
¡Haya paz!
Besos y sonrisas
Jajajajaja, ¡hola Silvi!
¿Y por qué ya no lo haces? Parece que te sentaba muuuy bien. Yo tengo un problema con los gritos, sobre todo cuando el hecho es que ni siquiera van conmigo. Me parece muy injusto y muy egoísta cuando alguien paga su frustración contigo y te lanza un caldero de mal rollo cuando tú ibas tan feliz por la vida.
Depende de quién lo haga me puedo enfadar o me puedo poner muy triste. Y luego requiere mucho trabajo por mi parte salir de ese estado. Para mí es mucho más fácil contener el grito que tener que gestionar el que me han encasquetado sin motivo.
Está claro que aún no soy lo suficientemente zen… 😀
Me recuerda a un episodio de HIMYM y tenéis ambos mucha razón, terminas lanzando la pelota de frustraciones e insatisfacciones a la gente que más confianza le tienes y cuando rompe la ola y el mar se retira, quedan los remordimientos y por ende, más problemas para el cuerpo.
Un saludo!!
Hola Aitor:
¡Bingo! Episodio 15 de la tercera temporada, jajaja. De ahí salió la denominación original de círculo de los gritos, aunque Barney lo circunscribe al ámbito corporativo, jajaja. Tienes el minipunto friki por haberte dado cuenta, aunque sólo te doy medio porque ya se te ha adelantado uno en descubrirlo 😀
Además, romper es un proceso instantáneo, pero arreglar lo que se ha roto es lento y laborioso. Yo me voy a forrar las orejas con plástico de burbujas 🙂
¡Un abrazooooo!
Justo después de publicarlo, en mi aplicación antiprocrastinación de google, que siempre incluye frases molonas, venía ésta: “La gente olvidará lo que digas, la gente olvidará lo que hagas, pero la gente nunca olvidará como les hiciste sentir” Ahí es nada.
Uoohhh… Nada más que decir.
Con permiso.
Pues sustituyendo el ¡oooooome no! por el ooooooom… Aunque del dicho al hecho media un buen trecho… Y esto es indiscutible e innegociable…
Nuevamente una velada de miércoles que concluye con un buen sabor de boca gracias a tu buen hacer. Y esto es más que evidente (e innegociable).
Un saludo literario.
¡Muy buenas, Señor Bosco!
¡Qué bueno verle por aquí! Sale muy favorecido en la foto. 😀
Al final es una cuestión de que nos sobran letras, ciertamente, aunque muchas otras nos falten. En este caso tres en concreto: e, n y o. ¿Qué hacemos con ellas?
Eno ya es trademark y de sal de frutas, que recuerda a ardor de estómago. One es uno en inglés, que todo junto suena a canción de Sonrisas y Lágrimas. Neo mola, porque suena a nuevo y al tipo de Mátrix. Oen es como un apellido de cantautor inglés, pero triste. Noé demasiado bíblico, y llueve. Me quedo con eón, aunque lo hayan corrompido y vapuleado las eléctricas.
¡Todo lo que podríamos hacer con esas letras que nos sobran!
Gracias por traerme de vuelta el buen sabor de boca. Es muy amable de su parte.
Un abrazo muy grande (y ese tampoco se negocia).
Me cruzaré con alguna pero trataré que no me afecte, tengo algunos mecanismos de protección que me van muy bien. Tengo que dejarte un libro de Osho llamado “Conciencia”, pero básicamente te diré que nada de lo que digan los demás te debería afectar, toma distancia y si quieres participar en esos gritos hazlo pero con impostura, que la contestación que des sea la que los demás esperan, pero que no sea real.
Yo estoy en paz, hace mucho que no me molesto ni discuto, empiezo a contarlo en años.
¡Hola Jose!
La verdad es que yo soy muy tranquila para todo y ejerzo un control bastante eficaz sobre mí misma a la hora de no enfadarme y poner todo en su contexto para darle la importancia adecuada. Pero la verdad es que los gritos tienen algo que me supera. Soy muy sensible al tono de voz con el que se me habla y en cuanto empieza a haber más decibelios de la cuenta, me empieza a fallar el zen y me cuesta no ir derechita al lado oscuro.
Pero poco a poco. Ya sé que ese es mi Talón de Aquiles y, como tal, estoy tratando de que cada vez lo sea menos.
Enhorabuena por tus años fuera del círculo. Algún día tienes que llevarme a la montaña y contarme como lo haces. 🙂
Un abrazoteeee.
Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.
Buen tutor buscó Filipo para Alexandros.
En la montaña o con un café en La Revoltosa, pero creo que prefiero escuchar, tengo más que aprender.
Saludos para la troupe.