¡Anda, sólo faltan tres días para San Valentín! Así que se me ha ocurrido una ideaca: escribir un post especial sobre regalos inolvidables que puedes hacerle a tu vidi, tu gordi, tu cari o, por qué no, a cualquier ser humano en general. Sospechas, ¿verdad? Pues haces bien… pero lo de los regalos es verdad, aunque probablemente no sean lo que esperas.
No creas que es fácil hacer de Multi-Grinch en todas las fechas “señaladas”: siempre hay que estar odiando cosas que a todo el mundo le encantan y es agotador, así que espero que aprecies mi esfuerzo. Hoy quiero coger ese bonito molde en forma de corazón con el que medimos y comprobamos cuándo hay amor del bueno para darle unos cuantos martillazos.
Por supuesto, cada uno se quiere a su manera y cada dos, también. Pero hasta dar con esa manera y aún cuando ya has dado con ella, tienes que enfrentarte a muchos dogmas perfeccionistas y platónicos acerca del amor romántico. Ideas que patrocinan frustraciones y problemas que muy bien podríamos ahorrarnos cuando profundizamos en eso de querernos.
Aquí te contaré cuáles he decidido yo echar a patadas, porque eran como el mini-demonio que se pone sobre el hombro para decir maldades. Ideas tiranas que me imponían una visión poco realista de cómo han de comportarse obligatoriamente dos personas que se aman.
Soportamos sobre nuestros hombros el peso terrible de no encontrar a una persona que nos quiera como se quieren en las pelis. Invertimos nuestras energías en reclamar lo que nos falta, mientras dejamos morir algo cuya belleza no alcanzamos a reconocer, porque no encaja en la plantilla que tenemos.
Pues se acabó lo de usar plantilla, yo prefiero improvisar a mano alzada.
Desenmascarar estas ideas o, en su defecto, las que te estén amargando a ti el amor, es el mejor regalo que puedes haceros a los dos (o a los que seáis en la relación):
1. Las parejas perfectas no soportan estar separadas.
Hay que hacerlo TODO juntos. Tenemos que tener siempre ganas de estar con el otro. Y si nos separamos para bajar a por el pan y no te echo de menos, ¡nuestra relación es una gran farsa! Barra de pan bajo el brazo, tendremos que afrontar el hecho de que, a veces, nos agrada la soledad. Y que está bien.
Esta creencia me conducía a dos tipos de conflicto:
- Si me apetecía estar sola no me atrevía a decirlo, porque eso me convertía en una egoísta sin sentimientos.
- Si le apetecía a él lo sentía como un pequeño desprecio, aunque yo sintiera exactamente lo mismo.
Lo que me dice la experiencia, en cambio, es que si cada uno tiene su parcela de espacio propio circundando el compartido, acababa siendo positivo para los dos. Por supuesto, para que eso no traiga otro tipo de problemas hay que tener autoestima y confianza, pero como para todo en esta vida, vaya.
Lo importante no es pasar todo el tiempo juntos, sino que el tiempo que pasamos juntos sea de lo mejor.
2. Las parejas perfectas saben lo que piensa el otro sin tener que decirlo.
Ah, ¡no sabía que estabas saliendo con un/a médium! Las parejas perfectas se comprenden y complementan tan bien que son uno, adivinan sus pensamientos y, además, son telepáticos y telequinéticos y teletubbies. Pues a ver… igual sí o igual no. Si vas a rasgarte las vestiduras y despachar a tu cariñito porque no te lee la mente, igual tampoco pierde mucho…
Está claro que necesitamos que nos entiendan, pero para que eso pase vamos a tener que comunicarnos.
No te frustres si no hace lo que tú quieres por inspiración divina y, sobre todo, no te cabrees. Si necesitas algo, dilo; no asumas que ya tendría que saberlo. Puede que estés con una persona maravillosamente intuitiva que sepa reconocer lo que deseas en cada momento, pero el hecho de que alguien no tenga ese don no le convierte en alguien no apto para amarte y respetarte hasta que la vida o la muerte os separe.
Cuando ya nos conozcamos bien iremos afinando nuestras capacidades predictivas y podremos anticiparnos a muchas cosas. El cerebro es muy bueno en eso, pero todo lleva su tiempo.
3. Las parejas perfectas cambian para hacer feliz al otro.
Cuando nos comprometemos con una persona, nos comprometemos a aceptarla tal y como es. Sin embargo, puede ser que con el tiempo empecemos a estar “cansados” de algunos rasgos de su personalidad y consideramos que, sabiendo que eso nos hace infelices, si no cambia es porque no nos quiere lo suficiente.
Pero piénsalo de otra manera: si le aceptaste en toda la gloria de sus virtudes y sus defectos, que antes te parecían imperceptibles y hasta encantadores, estás haciendo trampa pretendiendo que cambie ahora. De la misma forma, tampoco finjas ser lo que no eres sólo para que te acepte: eso no sirve para nada.
Hay que ser honest@s y consecuentes con la balanza y no empujarla disimuladamente con el dedo cuando el otro no mira.
Es cierto que al vivir en pareja nos adaptamos y hacemos concesiones para encajar mejor, pero lo que no podemos hacer es estar con alguien esperando que cambie o castigarle constantemente por las cosas que no nos gustan. Si no queremos aceptarle tal como es, debemos obrar en consecuencia.
Obviamente, compartir nuestra vida con alguien siempre nos cambia en cierto modo: aprendemos, crecemos, se nos pegan muchas cosas malas y alguna buena, cambiamos unas prioridades por otras… Eso es evidente. Pero sabes que me oriento fatal, que soy muy despistada, que se me pegan las sábanas y me enrollo como una persiana al hablar. Y no, eso no va a cambiar.
Un cambio duradero en nuestro comportamiento es un proceso muy duro y laborioso que exigirá, para tener éxito, que lo estés intentando por ti mismo y no por otra persona.
4. Las parejas perfectas hacen cosas románticas en San Valentín.
Y en su aniversario. Saben cuándo se dieron el primer beso, qué día (o noche) se acostaron por primera vez, en qué momento exacto se convirtieron en una pareja… Y conmemoran todas estas fechas especiales y muchas más.
Y no veo nada malo en ello “per se”, pero tampoco en lo contrario. Aunque tengas que pensar un buen rato y hacer cuentas cada vez que te preguntan cuánto tiempo lleváis juntos, aunque no te acuerdes de una sola fecha, aunque no hayáis celebrado un solo aniversario ni tengáis la más remota idea de cuándo sería si tuvierais que hacerlo… No creo que eso aumente o disminuya la calidad de ningún amor.
Sin más.
5. Las parejas perfectas existen.
¡Ups! ¿Tú crees?
——————————————————–
Lo que a mí me importa es si haces mi vida mejor o peor; si sabemos capear los temporales sin tirarnos por la borda y si queremos el amor para lo mismo.
Y cuando te sorprendas pensando otra vez que el amor es una mierda, pregúntate: ¿qué amor?
Kaixo!!!
Mmmm….pues yo creo que una de las claves para una relación es la admiración. Admirar a tu pareja es clave, al menos bajo mi punto de vista. Saludos!!!
¡Hola, Víctor!
Gracias por aparecer con tanta ilusión en mi pequeño universo y dejar miguitas de pan en mis lugares para poder encontrarte. Espero que no te hayas cansado de esperar, la velocidad no es mi fuerte xD
Respecto a tu comentario: estoy totalmente de acuerdo. Y también creo que es clave mantener esa admiración en el proceso de conocer al otro, sus defectos, las cosas que no nos gustan… Y ser conscientes de que, con el tiempo, corremos el riesgo de distorsionar la visión que tenemos de nuestra pareja, dejando de valorar algo que sigue ahí, pero que ya no somos capaces de ver.
Si me das un poquito más de tiempo, también tengo un email tuyo en cola para contestar. ¡No me olvido!
Abrazooo.
Juaaaaaaaaan:
Estoy muy in love con tus comentarios, con tus posts y con las cosas que me llamas: voy a ver si me añaden Anylove y Multi-Grinch bloguero encantador en el DNI 😀
Me encantan ambos dos fragmentos y, as usual, logras aportar una nueva dimensión y profundidad a lo dicho. Gracias por eso también. Otra vez.
Sin duda me quedo con tus dos (tres) últimas líneas.
Y te loviu tú. ¡Abrazacoooooo!
Hi Anylove!
Pues que decirte salvo que estoy muy de acuerdo con tu punto de vista y reflexiones, y que adoro cuando te transmutas en un Multi-Grinch bloguero realmente encantador.
Hace ya un tiempo que yo también escribí un artículo sobre el amor y las relaciones, y voy a rescatar aquí un par de citas que usé entonces, y que me parece que vienen muy al caso:
Juan Carlos Benítez (escritor Costarricense) escribió sobre el enamoramiento:
“Cuando estaba enamorado había mariposas por todas partes y la voluptuosidad de la pasión me carcomía la cabeza. Durante todo ese tiempo no escribí, no trabajé, no me encontré con los amigos. Vivía pendiente de los movimientos o de la quietud de mi amada; consumía montañas de cigarrillos y toneladas de vitaminas, me afeitaba dos y hasta tres veces por día; hacía dietas y caminatas. Me perseguía hasta la certeza la paranoia del engaño, pensaba todo el tiempo en besarla, en mirarla, en acariciarla. Durante semanas gasté demasiado dinero, demasiada esperanza, demasiada crema para el sol, demasiado esperma y demasiado perfume. Escuchaba demasiada música clásica, utilizaba demasiado tiempo, consumí toda mi tolerancia y agoté hasta la última de mis lágrimas. Por eso siempre digo recordando esos momentos: Nunca he sufrido tanto como cuando era feliz.”
Y una mujer anónima lo hizo sobre amar diciendo:
“Me sentí herida cuando perdí a los hombres de los que me enamoré. Hoy, sin embargo, estoy convencida de que nadie pierde a nadie, porque nadie posee a nadie. Ésa es la verdadera experiencia de la libertad de amar: disfrutar de lo más importante del mundo, sin poseerlo.”
Resultado: el amor no está en nosotros para sacrificarnos por el otro, el amor está en nosotros para disfrutar de su existencia, y de paso, de la nuestra.
I love youuuuu
El doctor aprueba este texto.
En forma y en fondo, las relaciones son… Bueno. Un mareo, haciendo honor a cierto libro mío. Incluso cuando tienes claro lo que no quieres, lo que sí, y las holguras. Y a los y las pobres que ni queremos ni nos gustan los mareos, pues como que nos toca la moral y otros atributos.
Si hay tal cosa como la relación perfecta, o si pudiera tenerse con alguien… Para mí será aquella definida por un poema bastante famoso de Agustín García Calvo: libre, grande y buena te quiero; pero no mía, ni de dios ni de nadie, ni tuya siquiera (en un resumen libre de los versos, y quitando un par de adjetivos). Tanto así como eso.
Bueno, al hilo de San Valentín…
El cielo estaba en llamas el día que alguien tuvo esta idea. O algo por el estilo.
Gracias por otro trocito de ti que me gusta.
Nada más que añadir, Dr. Melich.
Muchísimas gracias por este comentario y esta belleza.
Gracias a ti por otro trocito de mí que ya guardas.
¡Abrazoteeee!
Nada mejor que encarar este tema con un toque de humor y desmitificar estas cosas, buenisimo! romper ese molde de lo que creemos que es el amor y de lo que vemos en las pantallas, que siempre está tan adornado y azucarado
Yo creo que existe el amor pero que depende de cada persona, es totalmente subjetivo
Un saludo!
Neri
¡Hola Neri!
Me alegro mucho de que te haya gustado. La verdad es que no se me ocurre otra forma que tratar temas tan delicados y personales que con humor. Cualquier otra cosa sería proclamarme como portadora de la verdad y qué va, yo no tengo los “nuevos dogmas del amor”, sólo la creencia de que no debería haberlos 🙂 Y en eso estoy de acuerdo contigo, en que es subjetivo.
¡Muchísimas gracias por leer y comentar y bienvenida al rincón de pensar!
Un abrazo grandote.
Me alegro de haberte leído. Ya pensaba yo que era el raro por querer mi espacio. Si renuncias a ser tu mismo, ya empiezas con un mal pie, con lo mal que suena la palabra renunciar. Suscribo todo lo que has dicho, una pareja no está ni para completarte ni para hacerte feliz, es alguien con quien te apetece compartir cosas, incluido aparatos reproductores (me ha encantado este eufemismo). Si una persona no está completa ni es feliz sola, no va a venir nadie a arreglarle la papeleta.
Y ahora que me acuerdo, que ya no te respondí. Draconiano viene de Dracón, un legislador ateniense que puso por escrito las leyes de la ciudad allá por la era arcaica. Tenía fama de aplicar la ley de manera severa, por eso lo de draconiano aunque no sé si tendrá algo que ver con dragones, espero que sí.
Un saludo!
¡Hola Aitor!
Pues ya ves, si tú eres raro… ¡no estás solo! Sencillamente la persona que es dependiente lo seguirá siendo en pareja y la que es independiente también, y ninguna de las cosas es indicativa de que haya más o menos amor.
Y renunciar a ser tú mismo es la hecatombe, es decidir anularte como persona, vivir en una sombra hasta desaparecer. O quizá signifique acabar echándoselo en cara al otro toda la vida.
Además, por lo general sólo es una persona la que renuncia en favor de la otra y eso marca un desequilibro insalvable.
Yo también suscribo lo que dices.
Anda que yo también, no saber lo de Dracón… xD
¿Un abrazooo!
Que gran favor has hecho a la humanidad con este post Anina. Gracias 😉
Jajajaja, ¡gracias, Marcos! Cada cual es libre de quererse a su manera, pero a mí la que me funciona es esta. la otra no la veo…
Hola Anina:
Lo primero agradecerte el trabajo que estas haciendo en este blog; (he estado echandole un vistazo a otra serie de articulos publicados a lo largo de esta mañana y me han parecido… como decirlo, enriquecedores).
Respecto al este post en concreto…
De un tiempo a esta parte y tras un fracaso sentimental severo llevo un tiempo planteandome este tipo de malentendidos sobre como debe o no debe ser una relacion sentimental.
En este sentido hay una duda que me ha perseguido durante mucho tiempo; (seguramente por falta de seguridad o autoestima), y que me gustaria plantearte por si puedes arrojar algo de luz al respecto.
¿Crees que el verdadero amor debe estar por encima de todo lo demas? Me explico.
Me refiero a esas situaciones muy recurrentes en las peliculas en las que el enamorado pasa por encima de todo y de todos por el bienestar de la enamorada; (llegando a la bajeza moral o incluso la delincuencia).
La duda en resumen seria; ¿el amor debe estar por encima de nuestros propios principios o debemos elegir el amor que no nos pida poner esos principios en peligro?
Un abrazo.
Ps. Siento lo del identificativo y el mail falsos… inconvenientes de ser un paranoico de la seguridad informatica. ;D
¡Hola Mr. Seven!
Lo primero es agradecerte a ti lo primero: que valores el esfuerzo y cariño que pongo en cada post para que sea útil y sí, exactamente “enriquecedor” de alguna manera. Es un enorme premio recibir este tipo de comentarios y saber que una persona decide dedicarte su tiempo porque cree que es una inversión provechosa. Muchas gracias.
Y para responder la pregunta que me haces, intentaré por todos los medios ser breve. Después de darle muchas vueltas (intento no tener nada del todo decidido) creo que los asuntos que tienen que ver con el amor, están integrados (consciente o inconscientemente) dentro de la jerarquía de nuestros principios y no fuera de ella.
Cuando dos de nuestros principios entran en conflicto, por ejemplo “obedecer la ley vs. hacer justicia” (ya sabes que muchas veces estas dos cosas no coinciden), cada uno tomará una u otra alternativa dependiendo de qué lugar ocupe cada uno de los elementos en su jerarquía.
Con el amor, opino que debe suceder lo mismo. Algunos ejemplos:
“Darle la razón a mi madre o a mi novia”: ¿Qué está más arriba en tus prioridades? ¿La sinceridad o la tendencia a enfrentarte al problema “menor”?
“Robar algo que le gusta como demostración de amor”: El amor se demuestra de otra manera. Por ejemplo, no poniendo a prueba el amor de tu pareja con chorradas.
“Denunciarla si ha cometido un homicidio vs. protegerla”: Probablemente influyan mucho las circunstancias del homicidio, pero al final, tendrá más peso si en tu escala de valores está más arriba el respeto por la vida o la lealtad. Aparte claro de que aquí entra tu propio interés egoísta (perder a la otra persona o no perderla). De nuevo operas desde tu jerarquía moral.
En cualquier caso, si tu amor está por encima de todo, sólo tiene sentido aplicarlo a alguien que esté en idénticas condiciones. Y queriendo de esa forma, no desearás que la persona que esté junto a ti se vea atormentada y le evitarás aquello que sabes que va en contra de sus principios. Si me quieres de verdad, ¿me pedirías que matase por ti? Yo creo que no…
Cuando el verdadero amor está por encima de todo lo demás, no te obliga a renunciar a ello. En otras palabras, creo que un amor auténtico y bien correspondido debería autorregularse
No sé si sirve como respuesta, porque me has preguntado si A o B y yo te he dicho que C 😀
Y no te preocupes por lo del identificativo, mientras vengas, puedes venir vestido de lo que quieras.
Un abrazooo.
Muchas gracias por tu respuesta.
Estaba preocupado por si no habia sido capaz de explicarme bien pero veo que me has entendido perfectamente; (el ejemplo del conflicto madre/novia ha sido perfecto).
Un abrazo.
Puesss creo que existen depende del estado de ánimo. Me explico… si estás con alguien que te hace feliz, probablemente pienses que sí, y si estás con un cretino/ relación difícil o simplemente estás cansada de parejas, entonces creerás que no haha.
Existen buenas parejas igual que existen relaciones de amistad muy buenas y otras tóxicas.
Desde luego los topicazos no ayudan mucho. Y al final se resume en: estar dispuesto a ser feliz y hacer feliz a la persona con la que estás, aceptando quién es, y esa persona aceptándote a ti.
Un saludo ^^
¡Hola Ire!
Pues lo has resumido muy bien, si señora.
Al final una habla desde lo que conoce y llegar a estas conclusiones me ha costado bastantes disgustos y conflictos, que por cierto, aún no he podido solucionar del todo. Aún tengo que frenarme y repetirme estas premisas cuando me vuelve a asaltar ese pensamiento de que el amor es una mierda, jajaja.
Yo parto de la base de que nadie es perfecto de por sí y que si en un sólo ser es imposible encontrar la perfección, si le sumamos otro muchísimo menos 😀 O cuántas otras veces me ha pasado eso de “este chico es perfecto para mí, ¡pero es que no le quiero!”
En fin, ¡las cosas del amor!
Por cierto, me ha gustado mucho tu blog: me quedo por allí.
¡Un abrazo!